Farmamundi
Es una ONG de cooperación al desarrollo, acción humanitaria y de emergencia con experiencia en la promoción de la salud integral y la ayuda farmacéutica a países menos favorecidos. En la actualidad, es la primera organización no lucrativa de nuestro país especializada en suministro y ayuda farmacéutica a organizaciones humanitarias y países en desarrollo.
Desde Farmamundi nos hablan de Perú, un país que a pesar de ser de renta media tiene mucha desigualdad. Lima, su capital costera, no describe las realidades que se viven en la sierra o la selva. Las poblaciones rurales alejadas de núcleos urbanos viven en condiciones de pobreza extrema y el limitado acceso a servicios públicos de salud perjudica el bienestar social, psicológico y físico, especialmente para las mujeres, niños y niñas.
Una cultura patriarcal muy extendida en las zonas rurales del país impide que las mujeres puedan participar y decidir en igualdad de condiciones con los demás hombres sobre el modelo de desarrollo de sus comunidades. Ellas están generalmente excluidas de los espacios de toma de decisiones lo que, entre otras cuestiones, implica un deterioro de su estado de salud. La falta de reconocimiento de sus derechos sexuales y reproductivos, la impunidad hacia la violencia de género y los condicionantes sociales y culturales; provocan un impacto negativo en la salud de las mujeres y en sus posibilidades de desarrollo.
En el distrito de Acoria, Farmamundi trabaja en alianza con la contraparte DESCO (Centro de estudios y promoción al desarrollo andino). En este distrito la prevalencia de desnutrición infantil es muy elevada y la anemia entre las mujeres afecta a un 80 por cierto. Acceder a un centro de salud es realmente complicado por la falta de recursos del sistema de salud y la gran dispersión geográfica, tardando a veces entre 3 o 4 horas caminando y para acceder a un hospital necesitan un vehículo y pueden tardan hasta 9 o 10h en llegar.
Juan Manuel Canales Pérez, responsable adjunto de Cooperación Internacional en Farmamundi, nos habla de un proyecto financiado por el Ayuntamiento de Albacete que busca incorporar a la mujer en los procesos de desarrollo de sus comunidades y mejorar la adecuación cultural y la equidad en la red local de servicios de atención primaria para reducir sus brechas de acceso a la salud, en las comunidades campesinas del distrito, población en su mayoría Quechua.
El enfoque de trabajo en el ámbito de la salud es complementario con el sistema público. Trabajan directamente con el personal sanitario, mejorando sus habilidades y competencias para una atención más cercana y adaptada culturalmente; promueven y fortalecen una red de agentes comunitarios que colaboran con los servicios públicos de salud, que hablan el idioma local e intervienen y hacen más claros los mensajes para las mujeres; y apoyan el empoderamiento de las mujeres andinas para ampliar su participación en los espacios de diálogo entre la sociedad civil y gobiernos locales para abordar diferentes aspectos.
Dyana Ramírez Huarcaya, de la organización DESCO, nos cuenta que la principal función de la red de salud consiste en la vigilancia comunal. Los y las agentes comunitarios son elegidos por la propia comunidad y se encargan de realizar visitas a las familias para identificar cuestiones vinculadas a la salud y poder informar al centro de salud. Erika Olano Huaynates, jefa de la Microred de Salud de Acoria, nos habla de la labor que desarrollan para la prevención de enfermedades trabajando con toda la comunidad para romper con una cultura machista, que relega a las madres la responsabilidad de aquellas cuestiones vinculadas a la salud de mujeres, niños, niñas y personas dependientes de la comunidad.
Otro de los ejes en los que trabajan en alianza Farmamundi y DESCO es en la prevención de enfermedades como la anemia y la desnutrición, que tienen que ver principalmente con los sistemas de abastecimiento de agua, el consumo de una alimentación variada y nutritiva y las capacidades de los sistemas de salud. Graciela Huaman Taipe, agente comunitaria, habla de la importancia de recuperar y valorar aquellos conocimientos y saberes ancestrales que se han perdido como por ejemplo el reconocimiento y el uso de plantas medicinales.
A continuación, escuchando a diferentes protagonistas, puedes adentrarte en zonas remotas de Perú dónde el acceso a la salud es muy limitado, conocer algunos aspectos de la vida de las mujeres andinas y el trabajo que realizan para reducir el impacto que tiene la desigualdad de género en su salud y la de sus familias.
Juan Manuel Canales Pérez, responsable adjunto de Cooperación Internacional en Farmamundi.
“Promovemos un enfoque integral para recuperar el protagonismo de las poblaciones más desfavorecidas” (Juan Manuel Canales Pérez)
Dyana Ramírez Huarcaya, responsable del proyecto de DESCO
“Queremos tener una atención sanitaria que llegue a toda la población, en su idioma y que los agentes de salud puedan seguir con su vigilancia comunal” (Dyana Ramírez Huarcaya)
Erika Olano Huaynates, jefa de la Microred de Salud de Acoria
“Tratamos de empoderar a toda la población a pesar del machismo existente” (Erika Olano Huaynates)
Graciela Huaman Taipe, agente comunitaria en DESCO
“Hemos aprendido a valorar lo nuestro, nuestras plantas medicinales. Estábamos dejando de lado la parte más ancestral por vergüenza” (Graciela Huaman Taipe)