PODCAST a partir del 28 de enero

En zonas aisladas de Nicaragua la violencia de género es un tema tabú. No se habla, no se aborda, no se visibiliza. La educación es la herramienta más efectiva para combatir esta situación y por eso Escuelas para el Mundo trabaja en zonas rurales del país junto a su contraparte, el Instituto de Promoción Humana (INPRHU). Ambas organizaciones trabajan en alianza para fortalecer los derechos económicos de las mujeres en situación de pobreza y exclusión en cuatro comunidades rurales de los municipios de Las Sabanas y San Lucas.

El proyecto de Cooperación Internacional presentado a la Junta de Comunidades de Castilla-La Mancha estuvo orientado a que mujeres con cargas familiares, que nunca tuvieron la oportunidad de estudiar, accedieran a alternativas de formación para mejorar sus posibilidades de acceso a un trabajo remunerado.

En este proyecto, María del Mar Loro Rodríguez, responsable de Escuelas para el Mundo, nos cuenta que 70 mujeres jóvenes de zonas rurales de Nicaragua se han formado en técnicas de apicultura y en el procesamiento de frutas y verduras. Una formación en la que se abordan otras competencias para la vida como la autoestima, el conocimiento de una misma y técnicas para la resolución pacífica de conflictos.

El modelo de aprendizaje está basado en la metodología de la educación popular y de educación de personas adultas, que permiten el rescate del conocimiento y da especial énfasis a la participación activa de las mujeres. Lizania Valladares, una de las participantes en el proyecto, nos cuenta la discriminación que han sufrido por querer aprender técnicas de apicultura, un trabajo que algunas personas de su entorno consideraban que no sería capaz de hacer simplemente por ser mujer. Ahora se siente empoderada, acompañada y disfruta cada día con la captura de los enjambres y el manejo de la colmena.

Las 4 comunidades en las que se realizan estas formaciones se encuentran en el corredor seco, una zona muy azotada por fenómenos climatológicos extremos.  Merari Blandón, del Instituto de Promoción Humana, nos cuenta que en esta zona las diversas catástrofes medioambientales de los últimos años han empobrecido aún más a sus poblaciones y la situación de las mujeres es muy vulnerable. Por eso, en una segunda fase, se prevé continuar la formación en competencias para la generación de emprendimientos. Una formación, que junto a un capital semilla, permita a las mujeres diseñar y administrar su propio negocio vinculado a la apicultura o la transformación de productos agrícolas.

Conoce a través de las voces de 3 protagonistas el trabajo que realizan en Nicaragua y donde, en palabras de Escuelas para el Mundo, frente a la desigualdad «La Educación, nuestra respuesta» , frente a la injusticia, «La Educación, nuestra respuesta», frente a la violencia contra la mujer «La Educación, nuestra respuesta».

María del Mar Loro Rodríguez, responsable de Escuelas para el Mundo

“Fundamentalmente necesitan abrir las puertas para darse cuenta de que todo lo que necesitan está allí y que saquen lo que llevan en el interior” (María del Mar Loro Rodríguez)

Merari Blandón, directora del Instituto de Promoción Humana (INPRHU) en Somoto

“El acceso a tener recursos productivos y a créditos es vital para el desarrollo” (Merari Blandón)

Lizania Valladares, participante en el proyecto.

“Logré pasar el curso, aunque cuando empecé mi niña era una guagua y creí que sería difícil, pero lo conseguí. Me imagino a mi niña como una mujer emprendedora” (Liziania Valladares)